GEOmultilateralisM

"En un mundo multilateralista la negociación es la única forma de resolución definitiva de los problemas"

domingo, 26 de junio de 2022

 


Hace apenas una semana atrás fue noticia que una IA habría cobrado conciencia de su existencia, es decir, además de desarrollar un pensamiento propio tiene la capacidad de sentir emociones como lo hacemos los humanos. El programador que diseño esta IA trabajaba para “Google” y tras expresar públicamente esto fue rápidamente suspendido. Podríamos estar en frente de un monumental engaño o de no serlo, una fabulosa revelación.

Desde el punto de vista de la ciencia una maravilla del desarrollo técnico-científico pero, desde lo humano (y más allá de lo moral y lo teológico), una advertencia para las relaciones en el futuro inmediato.

En la Argentina esto ha pasado de largo ya que como de costumbre, está sumergida en sus patéticas crisis económico sociales que la distingue. Los políticos acá atrasan sesenta años pero, sus haberes se indexan mensualmente. Pero esta revelación de la ciencia y su aplicación masiva tendrá un impacto fatal sobre un estado ineficiente, atrasado y sin un sistema productivo sano como el argentino. Con un sistema educativo corrompido por el sindicalismo que se traduce en la pésima calidad educativa de los niños y adolescentes, sumado a una legión de desocupados crónicos que el asistencialismo de estos últimos veinte años convirtió en los denominados “piqueteros” lleva a que y enmarcándonos en el mundo que viene ¿Cuál es el lugar para toda esta masa de personas?

Ciertamente el problema no es exclusivo de Argentina pero las particularidades sociales y políticas que lo rodean hace que sea urgente responder a esta pregunta. El historiador Yuval Harari, asesor del usurero del Foro Económico Mundial Klaus Schwab y pontificado por los “liberales” de acá, se refiere a este problema y en su postura distópica de una sociedad unipolar sin fronteras, pero controlada por una elite privilegiada y bien armada (seguramente anglosajona), el problema que asoma por resolver es esa masa de gente inútil y que no tiene propósito en la vida que no tiene aspiraciones propias ni mucho menos de avanzar en beneficio del prójimo.

Para Harari esta masa inútil solo aspira al consumo de drogas y los videojuegos con lo cual, démosle eso y que se aguanten. Con respecto al desarrollo de la IA con el alcance mencionado, para él es como un sueño hecho realidad. Como partidario transhumanista y nada interesado en que las familias tradicionales -de un hombre y una mujer que conciben hijos- se desarrollen, la tecnología lo explica y resuelve todo incluso, las discusiones trascendentales del alma y la misma existencia de Dios y su papel en la vida del hombre. Para esta corriente, la trascendencia no pasa de esta vida material y es por ello que aspirar a la inmortalidad de la vida orgánica es su más alto objetivo.

Pero más allá de lo discutible de esta visión, el problema que se plantea para los simples ciudadanos que hoy no tienen trabajo y se ven apabullados por este avance tecno-científico que reduce a pasos agigantados las necesidades de mano de obra humana ¿A dónde irán ellos cuando las IA sean quienes tomen todas las decisiones en una sociedad? Tal vez el zoológico sea una respuesta para algunos que piensan como Harari pero enserio, ¿Cómo sobrevivirá toda esa masa?

Acá es donde se vislumbra como se tocan las tesis eugenistas y sus más destacados impulsores para dar una solución final a la sobrepoblación con gente indeseable. Sin dudas que este saco le entra perfecto a Bill Gates quien con el cuento recurrente de que las vacunas lo solucionan todo y “vaticina” más pandemias por venir, este paradigma es más que ideal.

Todos estos personajes son apóstoles (entre ellos Joe Biden) del mismo mensaje y aunque su mensajero no es físicamente personificable (salvo que consideremos a “Google” tal) por el momento todos ellos acuerdan en que hay mucha gente en este mundo que sobra y la cuestión es ¿Qué hacemos con ellos?

Esta cuestión se plantea con mucha claridad en la situación argentina ya que la inmensa masa de desocupados en su mayoría sin capacitación (cognitiva) para los nuevos desafíos productivos (que deviene de este avance cibernético) pero con ambiciones de poder (Partido piquetero) y una clase política autista que no sabe a dónde va lleva a la disyuntiva ¿Un cambio rápido y profundo? O ¿Subalternidad y dependencia a este paradigma occidental?

La pandemia de SarS-CoV 2 (Covid) sin dudas fue un ensayo para probar entre otras cuestiones, la aceptación y adaptabilidad de la población global a la interactividad digital, espectro por el cual se manifiesta la (IA) inteligencia artificial.

Para Harari la IA es la solución y claramente si es real que ha tomado la capacidad de desarrollar sentimientos, para este historiador los problemas de la trascendencia, el libre albedrío y el misterio de la existencia de la divinidad están resueltos. Para éste admirado personaje, la conducta de los sujetos son fácilmente determinables si se tienen suficientes datos y un análisis sofisticado de los mismos. La IA es el instrumento por el cual hará que las conductas humanas sean predictivas y por ende manipulables a favor de quien o quienes dispongan de esta herramienta.  Para Harari los humanos serán hackeables, lo que deja bien claro que -a diferencia de hoy- terminará de forma total con la intimidad y la libertad. Esto afectará las relaciones sociales, los sistemas de creencias y de gobierno (democracia) y todo esto en beneficio ¿De quiénes cree usted?

Para Harari y los transhumanistas, la IA representa nada menos que Dios pero allanado en la tierra por la ciencia humana y por ello, ya no hacen falta los profetas afiebrados hablando de la salvación y la vida nueva en el otro mundo. La IA es la respuesta y la felicidad instantánea a los ruegos de los hombres.

En este contexto de una realidad inminente, la Argentina está sin la menor posibilidad no ya de un desarrollo lento, sino de no tener desarrollo posible salvo que, se revierta la tara que aqueja al ciudadano conformista y autoengañado que ha constituido la clase gobernante de los últimos cuarenta años que ha hundido al país y las esperanzas de un camino de autodeterminación en igualdad y paridad con los estados vecinos.

lunes, 20 de junio de 2022

 


Los políticos y los medios informativos capitalinos se desgañitan hablando de la democracia, la libertad de expresión y todo otro derecho individual que se les ocurran pero, en los últimos años y a tono con la cambiante dinámica realidad internacional han estado profundizando ese mantra para tapar un verdadero derecho que es, el de pensar.

Si usted tiene todos los elementos y las versiones a la mano podrá sacar sus propias conclusiones.

Cuando los poderes son cuestionados surgen las excusas más imaginativas para justificarse. Desde los medios los políticos hablaran de “fakenews”[1], los jueces archivaran causas con la celeridad que no tienen para impartir recta justicia y los gobernantes amenazados por el cuestionamiento ciudadano que advierten su corruptela, hablaran de la imprescindibilidad del sistema democrático. En síntesis, todo ronda en rededor por determinar cuál es la verdad que conviene.

El asunto del avión Boing 747 de origen venezolano retenido en Buenos Aires se ha convertido en una ensalada de especulaciones y prejuicios que ponen de manifiesto hasta donde se puede llegar para dibujar una verdad a medida de lo que pide el poder. Con solo escuchar algunos “informadores” de los medios que se arrogan la verdad queda muy claro que tan lejos están de ella.

¿Por qué este avión venezolano fue blanco de esta retención? Es acá donde empieza el cuento. El gigantesco Boing 747 que no pasa desapercibido a la vista de nadie (y mucho menos de un radar), le fue privado de repostar combustible ¿Sabe por qué? Por el miedo de la empresa YPF de contradecir la política del Departamento de Estado norteamericano. Tal vez usted se pregunte ¿Por qué? ¿Con respecto a este avión, que estaría siendo seguido por actividades sospechosas? No. Solo por una política de boicot que hace décadas EEUU aplica contra sus enemigos y que en este caso se centra sobre Venezuela e Irán[2].

Como vemos, su retención y la demora de toda su tripulación tiene un basamento generalista y especulativo meramente político que disfraza una compulsa entre agencias de inteligencia.

Por lo pronto hasta el momento no se ha comprobado que trajera nada nocivo o peligroso abordo. Cuando se sigue escuchando a estos “informadores” se insiste en la peligrosidad y hasta la nocividad de esta llegada dándole al evento un halo claramente tendencioso y turbio para que se establezca el miedo y la desconfianza. Para quien escucha y le cree a estos “informadores” de la realidad creerán que ese avión estaría lleno de drogas, armas, explosivos o tal vez unos cuantos detenidos sin orden judicial con un ticket para Guantánamo, claro que esto último estos sectores jamás lo harían público.

Pese a que ya condicionan al lector anteponiendo términos como “narcoterrorismo” y “terroristas iraníes”, el hecho concreto y puntual del avión demorado no avizoraría nada de eso.

Pero entonces ¿Cuáles fueron los motivos para semejante revuelo que lleva al país a un entuerto diplomático con Venezuela e Irán? Y es acá donde comienza a develarse los reales motivos y a los autores detrás de los ensordecedores redobles “informativos” que durante días sembraron las sospechas y la fobia sobre los incautos que aún le escuchan y creen. Como era de sospechar, el avión estaba señalado en una lista negra elaborada por Washington ¿Cómo? Aunque no lo crean la democracia modelo de nuestros politiquitos y de estos “informadores” (anglófilos) usa estos oscuros medios para marcar a quienes considera indeseables[3] y cuando ya molestan demasiado, los sacan del medio[4], tal como lo hace su aliado en Oriente Medio[5].

En el marco de la guerra económica que desde hace años opera el Departamento del Tesoro contra Irán y Venezuela (como lo hace hoy contra Rusia), todo activo que pertenezca a estos países puede ser incautado. Y la pregunta que nunca se ha respondido -y que jamás harán estos medios- sobre esta política es ¿Cuál es la legalidad de estas medidas unilaterales? Si alguien cree que EEUU tiene alguna autorización o potestad basada en la ley para ejecutar estas medidas en terceros países sepan que eso no existe. La única base para su aplicación es la presión política (que también se vale de la justicia). Si ha podido inmovilizar a este avión y retener indebidamente a su tripulación ha sido porque las autoridades argentinas lo han consentido, nada más.

Pero cuando los medios se enteraron de que el avión era de origen de una empresa iraní y entre la tripulación había “iraníes” comenzó el despliegue de la atizada y maledicente versión de que había terroristas llegados al país ¿Por qué de esa conclusión? Por el simple hecho de su origen. Esto se funda en la recurrente relación que desde los medios capitalinos y un sector de la comunidad judía hace entre los atentados en Buenos Aires y Teherán que dicho sea de paso, nunca ha sido probada[6], ni por la Corte Suprema ni mucho menos por las insustanciales denuncias[7] del fiscal Nisman a quien tras su asesinato también y muy convenientemente -sobre la base de afiebrados rumores[8]- se lo endilgaron a Irán.

Incluso algunos de los principales islamófobos locales quienes gozan de un generoso espacio en los medios capitalinos, siguen gratuitamente asegurando -como si se tratara de una verdad consagrada- que Irán es el responsable de los muertos de la embajada y de la AMIA. A este coro se agregan políticos (indistintamente al partido que pertenezcan) cercanos a las embajadas en cuestión, quienes apelando a su chapa institucional tratan de darle la certificación a esa pretendida verdad.

En resumidas cuentas, Macartismo puro y duro embadurnado de un disimulado odio a los musulmanes que han refrendado con gustosa admiración tras comprobadas bestialidades impulsadas por la administración neoconservadora de Bush-Cheney en Iraq y Afganistán y el sordo silencio que estos medios evidencian sobre lo que ocurre en Palestina.

Para estos sectores, los venezolanos que no respondan al alfil de Washington (Juan Guaildo) son “narcoterroristas” y cualquier iraní -sin importar su edad, condición u otra cuestión- que aparezca en nuestro suelo es un “terrorista” demostrando el grado de racismo y estigmatización que finca en ellos.

Igualmente cualquier ocasión y medio para lanzar sospechas sobre el rival regional de Israel es bienvenida y las mismas son parte de una amplia estrategia para intentar desacreditar a su “enemigo” geopolítico y en este caso, como la presión del Departamento de Estado para retener el avión no alcanza, inmediatamente los organismos políticos de la comunidad judía como la DAIA -respondiendo a la embajada de Israel- salieron prestos a judicializar la cuestión poniéndose a la par (o al menos tratando) de un organismo del estado argentino.

¿Tan mal esta el país? Bueno, solo basta ver los gobernantes que tenemos para responder la pregunta y eso es muy preocupante si vemos lo que están tratando de instalar en la región.

Resumiendo y más allá de las huecas bravuconadas, la justicia no ha encontrado ningún motivo para retener a la tripulación y la embestida mediática que se ha montado contra sus miembros (por razón de sus nacionalidades, religión y etnias) debería servir para que los argentinos abran sus ojos y comiencen a entender dónde estamos parados y quiénes son los que informan.



[1] Se suele acusar a Donald Trump como el creador de esto pero en realidad ello viene siendo una práctica antigua y extendida que viene incluso más atrás de Goebbels. Pero quienes han hecho de ella una rama de intriga son los servicios de inteligencia occidentales en especial la CIA, el MI6 y Mossad. Uno de los episodios más cercanos en que surgió este tipo de fabricaciones fueron las justificaciones para invadir Iraq en 2003 y una vez ocupado, se intentaba tapar la brutalidad de los invasores mediante verdaderos fake difundidos por el conglomerado de medios como CNN y FOXNEWS.

[2] PajaroRojo.com, ACERCA DEL AVION VENEZOLANO CON TRIPULANTES IRANÍES: El gobierno argentino se doblega ante las presiones de Washington, https://pajarorojo.com.ar/acerca-del-avion-venezolano-con-tripulantes-iranies-el-gobierno-argentino-se-doblega-ante-las-presiones-de-washington/

[3] En el marco de la censura global contra los medios rusos y todo lo que contradiga la posición de la OTAN con respecto a Ucrania, periodistas y medios de occidente están siendo motivo de persecución y censura como sucede con el investigador italiano Manlio Dinucci quien suele publicar en Red Voltaire.org. Esto ha tomado estado público https://www.voltairenet.org/article217350.html

[4] El caso de Julian Assange es paradigmático y hoy por hoy se halla en poder de un estado que además de practicar la tortura pronto lo extraditará a donde ya tienen una sentencia preconcebida.  https://pajarorojo.com.ar/assange-aprueban-su-extradicion-a-eeuu-el-periodista-australiano-crucificado-por-el-eje-londres-washington/

[5] El asesinato a sangre fría de la periodista palestina Shireen Abu Akleh es otro de una larga lista de los crímenes cometidos por el estado de Israel, https://www.telam.com.ar/notas/202205/592524-argentina-condena-crimen-periodista-palestina.html

[6] SALINAS, Juan José, infAMIA, Ediciones Colihue, 2018, https://www.colihue.com.ar/fichaLibro?bookId=31642 

[7] Chequeado.com, A 6 años de la muerte de Nisman: qué pasó con su denuncia y con la causa que investiga su fallecimiento, https://chequeado.com/el-explicador/a-6-anos-de-la-muerte-de-nisman-que-paso-con-su-denuncia-y-con-la-causa-que-investiga-su-fallecimiento/

[8] Pagina12.com, Las increíbles historias de Carrió, publicado el 24 de mayo 2015, https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-273394-2015-05-24.html

viernes, 10 de junio de 2022

 


La historia de la Argentina es la de una constante desilusión y frustración. Es la muestra más cabal de lo que refleja un colectivo acerca de su destino en común. Como el esquizofrénico, la Argentina si fuera una persona humana pensaría una cosa, diría otra cosa y haría todo lo contrario. Es por eso que esta condenada a vivir en el patíbulo del desconsuelo y la incomprensión.

Así es también su administración de justicia y es que no puede ser de otra manera. Como todas las instituciones (personas jurídicas) esta se compone de personas humanas las cuales nutrirán el funcionamiento de la entidad con sus conductas y caracteres.  Por eso, con ciudadanos volubles y nada comprometidos, quienes forman parte de una sociedad cada vez más atomizada no se puede esperar otra cosa que instituciones poco sólidas, fisuradas y por consecución, nada confiables.

Durante toda la “era democrática” se exacerbaron los odios para un lado y se han tapado los del otro. La “democracia” era la del y para el partido gobernante y de nadie más. En esto estuvo también la justicia que con jueces timoratos y acomodaticios quisieron ganarse el bronce como así se lo creyeron tipos como el entonces fiscal federal Estrassera y su ayudante Luis Moreno Ocampo (cuestionado y relevado de su puesto en la Corte Penal Internacional) tras el juicio a las Juntas.

Todas las fechorías de las organizaciones armadas y sus más destacados representantes pasaron de largo en esa impostada búsqueda de justicia. Desde 1983, la renuencia a impartir justicia sobre todos los montoneros y otros actores de organizaciones no estatales se unió a la abulia y la camaleónica personalidad que les distingue. Sin dudas dejaron pasar una oportunidad histórica para sentar un precedente de valor moral e imparcialidad para juzgar a todos los crímenes.

La bomba en la Superintendencia de la Policía Federal colocada por Montoneros el 2 de Julio de 1976 que mato a 24 persona hiriendo a otras 60 fue uno de los episodios de la violencia política que se vivía en la década de los setentas y que la elite política desde 1983 trato de diseccionar en muertos buenos y muertos malos.

Durante todo este período, cada gobierno “democrático” negó a los familiares de las víctimas de este acto terrorista y muchos otros episodios similares cometidos por las organizaciones armadas no estatales, la posibilidad de obtener a lo menos el acceso a la justicia. Esto no fue casual y estuvo enmarcado en un sistema ideologizado y parcial iniciado con Raúl Alfonsín y la Coordinadora que repudiaba y discriminaba todo lo vinculado con lo militar y policial alcanzando esto a sus familias a quienes se les negó cualquier reparación por este tipo de crímenes.  Este odioso proceder lo dejaron bien claro con los veteranos de Malvinas a quienes prohibieron e invisibilizaron en la sociedad.

Esto se empeoro con el paso de los años y cuando Néstor Kirchner llego al poder en 2003 levanto parcialmente los indultos del gobierno menemista. Kirchner y su señora -que no fueron miembros de ninguna facción armada-  hicieron de los setentas un activo político en sus discursos con el cual capitalizar las corrientes de izquierda. Con el correr de sus gestiones muchos ex montoneros y ERP pasaron a ocupar puestos en el gobierno con lo cual, la discriminación se atizo en mayor grado dejando ya muy clara la contaminación ideológica.

A pesar de este marco, el caso de la matanza del comedor fue presentado a la justicia federal porteña pero, la entonces jueza de primera instancia Dra. María Romilda Servini de Cubria la archivo por no querer impulsarla demostrando estar a tono con el posicionamiento político partidista de la época. Esa impulsión implicaba escarbar profundo en la basura y para eso se le pedía llamar a declarar a personajes vinculados a las operaciones de montoneros tales como Firmenich, Marcelo Kurlat, Horacio Verbitsky, Laura Sofovich, Miguel Ángel Lauletta, Norberto A. Habegger y Lila Victoria Pastoriza.

El 9 de junio último, la Sala I de la Cámara federal porteña compuesta por los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens resolvió que la causa vuelva a la primera instancia a los fines de que la jueza (la misma que se negó a investigar) atienda y resuelva sobre los planteos de reapertura que nunca trato. La resolución es quiebre de aquel Status Quo de silencio. El problema es (y que solo en Argentina puede suceder) que la causa deba ser atendida por el mismo juez que ha demostrado estar claramente afectada por la atmosfera política de ese momento.

Sin dudas que este comportamiento acostumbradamente pendular en estos funcionarios, es (en una parte importante) la causal de la galopante corrupción que azota a la administración de justicia que debiera prestar su servicio sin mirar a quien es el que la solicita (Cfr. Art. 16 de la Const. Nac).

Lo revolucionario -si se puede decir- de esta decisión implica la revisión y consideración de si este atentado terrorista y las consecuencias que causó encuadran en las figuras de delitos de lesa humanidad o crímenes de guerra que están previstos en el Estatuto de Roma de 1998 y al cual nuestro país adhiere (y por ende operativo) por su recepción en la Constitución nacional.

Si bien el acto alegado por Montoneros como “hecho de guerra” luce claramente brutal y deliberado, la doctrina nacional (notoriamente influida por la ideología partidaria) ha receptado la categoría de lesa humanidad a los delitos que solo comete el estado lo que al sentido común representa una aberración y una discriminación claramente odiosa que termina privando de justicia a quienes encajen en ese formalismo.

Lo que ahora deberá analizar la primera instancia de la justicia porteña no debería ser noticia y mucho menos un acontecimiento extraordinario pero, aquí en la Argentina tras décadas de desconcierto y desestructuración de todo lo institucionalizado no puede ser sino una esperanza para los familiares de quienes fueron asesinados por los pistoleros de estas agrupaciones setentistas.   

 

 

 

viernes, 13 de mayo de 2022

 


Cuando existe un agresor querrá esconder sus fechorías de la vista pública, mucho más cuando se disfraza de bueno. Es algo así como un proceder común en cualquier cultura y está exenta de cualquier distinción de nacionalidad, etnia o religión. Lo mismo que hacen los estados cuando quieren suprimir a los disidentes o los que le resisten, lo harán en el más absoluto silencio y lejos de testigos.

El asesinato de la periodista palestina Shireen Abu Akleh perpetrado el 11 de mayo último en momentos que cubría las operaciones militares israelíes en Jenin se inscribe en una larga y descarada modalidad de como un estado ocupante, ebrio de impunidad y soberbia, se deshace de los testigos inconvenientes.

Jenin es un emblema más de la brutalidad de la ocupación israelí y en donde se han cometido todo tipo de crímenes de guerra. En 1982 las FDI y sus grupos de pistoleros a sueldo (dirigidos por la Shin Bet) llevaron a cabo una masacre que los palestinos aún no olvidan. Más cerca en el tiempo en abril de 2002 y en momentos que EEUU ponía en marcha su “Guerra global contra el terrorismo”, Tel Aviv aprovecha para llevar adelante todo tipo de abusos y tropelías contra la población palestina que se apiñaba en el Campo de refugiados de Jenín dentro de la Cizjordania ocupada.

Las bestialidades cometidas por los israelíes quedaron documentadas y pese a que Tel Aviv impidio el ingreso de investigadores de Naciones Unidas, pesquisas independientes determinaron que al menos 52 palestinos, hombres y mujeres habían sido asesinados. Pero el número de muertes aumentaría con el correr de los días y se llegarían a contabilizar unos 500 muertos y más de mil heridos.

Hasta comienzos del milenio, Tel Aviv contaba con la complicidad de los medios y las empresas de comunicaciones de occidente y de esa forma mantenía este tipo de hechos bajo la alfombra. Pero, los avances tecnológicos que facilitaron las comunicaciones y la multiplicación de hechos similares a estos han ido horadando la imagen pagada de “victimas” para pasar a ser lo que claramente son, victimarios de un pueblo ocupado.

El asesinato de periodistas por parte de Israel no es nuevo y cuando advirtieron que tampoco pasaba nada por eso, siguieron matando sin dudarlo. En la misma línea a favor de esta impunidad se ubican los grandes medios capitalinos argentinos quienes se abstienen de hacer comentarios y análisis de este tipo de crímenes.

La periodista quien tenía 51 años de edad y cubría para la controversial cadena árabe “Al Jazzera”, se destacaba por su profesionalismo y valentía ante los peligros que significa trabajar en un entorno hostil. En ese mismo hecho los tiradores israelíes también trataron de asesinar a productor Ali Al Samudi quien pese a recibir disparos en su cuerpo los mismos fueron absorbidos por su chaleco pero hiriéndolo en un costado. Como se desarrollaron los hechos queda claro que no se debió a un accidente o a una confusión.

Según la mecánica de los hechos, Al Samudi fue el primero en recibir los disparos y fue allí cuando la periodista Akleh al advertirlo se giró y recibió el disparo certero en la nuca que saldría por la cara. En síntesis, un momento horrendo y repudiable. 

El gobierno israelí no tardó en desentenderse del hecho aunque, los testigos y los documentos fílmicos que se lograron recopilar muestran con claridad desde donde provinieron los disparos que mataron a la periodista e hirieron a uno de sus colaboradores. Sumado a esto, los israelíes condicionaron bajo amenazas el desarrollo de los funerales de la periodista en Jerusalen para que no se hicieran proclamas, ni canticos ni portación de banderas palestinas.  Igualmente las provocaciones y las agresiones de las fuerzas israelíes comenzaron inmediatamente con el traslado de su cuerpo.

Sin dudas fue un asesinato a sangre fría, un hecho atroz y brutal alentado por la impunidad de la que gozan los israelíes propiciada por el histórico apoyo de Washington. Su cara fue destrozada por el disparo preciso de un francotirador israelí tal como hacían durante las marchas en las bardas de alambras que separan Gaza del resto de los territorios durante 2018 y 2019. Como era de esperar todos esos crímenes fueron silenciados en Occidente denotando la influencia política y financiera de los sionistas.

La periodista Shireen Abu Akleh ha pasado a engrosar la extensa lista de mártires que han caído por la mano sionista. Sobre las responsabilidades de Tel Aviv y sus gobernantes poco o nada se puede esperar. El hoy primer ministro Naftaly Bennett es un reconocido racista y un confeso criminal que en alguna oportunidad sin ningún empacho afirmo que “matar árabes no trae consecuencias”. Con esto a la vista, solo hay esperanzas de hallar justicia insistiendo ante las instancias internacionales de la Corte Penal Internacional.

 

 

 

martes, 10 de mayo de 2022

 


Era apenas un pibe de diez años de edad cuando Argentina recupero las islas Malvinas y todo el archipiélago del Atlántico sur. Como olvidar esa mañana helada de abril en la que mi madre mientras me preparaba el café con leche para ir a mi colegio, escuchaba una noticia que me sin saber por qué, me hinchaba el pecho... “La Argentina ha recuperado las islas Malvinas”.

Pese al desenlace y el paso de los años bajo gobiernos absolutamente corruptos y traidores, mi añoranza no se ha apagado y estoy seguro que el futuro depende de nosotros.

Pero cuando uno crece y se prepara entiende que la política es una ciencia en la que la emoción sirve muchas veces (sino las más) para manipular a las masas y que no es nada práctica para tomar decisiones de estado y mucho menos, de carácter estratégico.

Los británicos ganaron por un pelo esa guerra, pero ganaron en ese entonces. Como parte de su idiosincrasia política imperialista y extensa experiencia, supieron fabular un relato propio del por qué lograron ganar y para ello, escondieron en esa historia todos los elementos que le proporcionaron las ventajas y también, sus propias perdidas y fallas que recordemos, fueron muchas y penosas.

Sobre aquello último, queda aún sin explicar dónde están computadas las bajas de sus mercenarios “Gurkas” nepaleses y lo más importante ¿Dónde se fueron enterrados?

Nuestros políticos y esa parte de la aborregada sociedad camaleónica que cambia de color según la ocasión, castigaron con la indiferencia y la subestimación a nuestros héroes. Nadie ha sido tan cruel y dañino como este comportamiento colectivo, pusilánime y oportunista. El gobierno radical de Raúl Alfonsín, amparado en la tan balbuceada democracia tuvo un protagonismo central en esta humillación silenciosa y es por eso que poco respeto puede desatar a la luz de aquellas infames jornadas ¿Quién puede olvidar esa canallada? Los veteranos claramente no.

Nuestros hombres pelearon muy bien y ellos si escribieron la historia ya que, son quienes hacen los artífices de los cambios que moldean la realidad.

Pero volviendo a lo importante, los británicos no ganaron como ellos lo imaginaban. Más precisamente, el precio pagado no fue el que el Foreign Office creyó que pagarían ni mucho menos, lo que siguen difundiendo como la “verdad oficial”. Pero ¿De dónde provenía esa seguridad? Si buscas respuestas en el país no la hallabas y aún no las hallas, típico de una democracia de lengua.

Un artículo del abogado británico Michael Shrimpton en cual da su punto de vista a 40 años de la guerra, devela con algún detalle cuáles fueron algunas de las incumbencias que Washington tuvo en el conflicto. Siempre hay que remarcar las circunstancias geopolíticas del momento reguladas por principios legales atinentes a ello (TIAR) y que precisamente no se cumplieron.

Obviamente que Shrimpton da su punto de vista con la mirada anglosajona y ello no puede ser reprochable. Allí critica a Francia por haber provisto a la Argentina de los misiles “AM-39 Exocet” que además de marcar un hito en el uso de los misiles antibuque en un combate naval, hicieron palidecer a la toda la plana oficial de la “Royal Navy” sin precisar que al final de cuentas, París acordó secretamente con Londres cortar el aprovisionamiento a los argentinos.

Tal vez le falto aclarar a Shrimpton que nuestra gente supo administrar los pocos misiles que tenía en existencia y que incluso, usando el ingenio nacional, se remplazó esa carencia fabricando sistemas caseros como la “Instalación de Tiro Berreta” (ITB), un término bien argentino de lo que significa una improvisación usando lo que tenés a mano.

Su mirada se centra en hacer un análisis comparativo de aquella guerra con las actuales circunstancias en Ucrania donde el papel de la fuerza naval rusa podría ser decisiva para rendir definitivamente a los ucranianos.

Orientado ese fin remarca desde su particular objetividad, el valor estratégico y la importancia que tuvo hundir al “ARA Gral Belgrano” (claramente por su potencia de fuego) criticando al mismo tiempo la falta de visión del Almirantazgo británico y de la misma Margaret Thatcher por no mantener en servicio unidades navales vitales para la superioridad naval. En ese aspecto, pero mirando a los buques británicos similares al Belgrano, Shrimpton criticó que buques como el acorazado “HMS Vanguard” no fueran de la partida dándoles un valor tal que incluso y según él, “los misiles Exocet que eran lentos habrían rebotado al golpear su casco”, una afirmación muy dudosa y hasta poco creíble dada la probada letalidad con la que fue utilizado por nuestros pilotos e ingenieros del ITB. 

Shrimpton hace referencia al papel que jugaron las agencias de inteligencia en advertir a la guarnición británica de Malvinas sobre el inminente ataque. La CIA -según él- pudo detectar el calor de las unidades navales argentinas que partían desde la Base Naval de Puerto Belgrano rumbo a las islas y pronto le dio aviso a sus colegas del MI6. Suena poco creíble esta versión de los hechos. Incluso va más allá y detalla un supuesto entuerto dentro del gabinete británico dentro del cual, un sector de la inteligencia naval estaba a favor de no advertir a la guarnición en las islas ¿Cuál era el propósito de semejante intensión? Claramente la de darle un mayor efecto publicitario a la espera de una carnicería que no sucedió.

Sin dudas que los estadounidenses desde sus satélites monitoreaban las actividades de la región, pero ciertamente los británicos y en especial el MI6 no necesitaban de ese aviso ya que contaban -como seguramente lo cuentan hoy- con su propia red de informantes y alcahuetes bien dentro del “círculo rojo” y del estado argentino.

Igualmente, Shrimpton insiste en la versión del complot interno y afirma que los británicos de las islas pudieron ser finalmente puestos en aviso gracias a la ONI (Inteligencia Naval de los EEUU). Continuando con su descripción de la situación, también confirmó la provisión a la RAF de los misiles aire-aire estadounidenses “AIM-9 Sidewinder” (por entonces los más sofisticados) que los británicos montaron sobre sus “Sea Harrier”.

Pero lo más sorprendente es el confirmar la presencia y actuación de unidades tácticas especiales de los EEUU como son los “Delta Force”, quienes son los homólogos del S.A.S. británico y con los cuales llevaron adelante operaciones secretas dentro de las islas y tal vez en el continente, si tomamos como ciertas su aseveración de que estuvieron desplegados dentro del territorio argentino. Aclaremos que estos tipos no son “mercenarios” de origen estadounidenses sino parte de las tropas regulares con lo cual, remarca las consecuencias políticas que dicha intervención debió tener entre Washington y Buenos Aires.

Quizá una de las conclusiones que más me llamaron la atención de Shrimpton fue la de que sea necesaria una segunda guerra por Malvinas que no es algo descabellado, tal como va la marcha del mundo aunque es cierto de señalar, (y más allá de las condiciones materiales para enfrentarla) no estará a cargo de políticos pusilánimes y traidores como los que han pasado y los que siguen hoy en carrera.

 

   

 

viernes, 15 de abril de 2022

 


Por Dr. Carlos Castia

Cuando se estableció Naciones Unidas allá en octubre de 1945, se acordó que la misma se creaba para evitar que se repitiera la experiencia de la guerra de la cual el mundo terminaba de experimentar. Pero a pesar de lo esperanzador de su preámbulo político, la agresión y las guerras no solo no se detuvieron, sino que incluso se multiplicaron y diversificaron dentro de un nuevo contexto global que irónicamente conoceríamos como “guerra fría”.

Las desconfianzas creadas entre el oeste y el este se centraron precisamente allí donde había terminado la guerra (Berlín) y al poco tiempo terminaron por generar esa bipolaridad que dio el marco a una falsa paz que más bien era, el miedo reciproco entre dos superpotencias con capacidad nuclear. Que no hubiera otra guerra mundial no significaba que hubiera paz. Por el contrario, los conflictos comenzaron a multiplicarse tan pronto entró en vigencia la Carta de Naciones Unidas (Cap. 7, arts. 39 al 51). Ciertamente el colonialismo europeo (semilla de conflictos durante el siglo XIX) comenzó a retroceder, salvo en ciertas situaciones puntuales (caso de Palestina) y muchas naciones que habían estado bajo el influjo colonial europeo, obtuvieron su independencia. Pero si esta nueva organización parecía terminar con las causas de los conflictos ¿Por qué se estaba produciendo esto? Simplemente porque Europa había quedado en ruinas y sus esfuerzos debían centrarse en la reconstrucción de cada uno de sus países, una empresa que sería financiada por EEUU[1] y la cual aún siguen pagando. El tiempo para las aventuras colonialistas habían terminado.  Incluso, para quienes se resistieron a esto (Como Francia en Indochina -Vietnam y Camboya-) terminarían por entenderlo de la peor forma.

Pero también existía un acuerdo tácito: No habría guerra entre los dos grandes vencedores de la segunda guerra pero eso no alcanzaba al resto de los miembros y ello incluía a sus vasallos. Lo que explica esto es la creación del Consejo de Seguridad compuesto por los vencedores de la Segunda guerra que viene a ser el órgano con poder de impulsar medidas coercitivas sobre quienes no se atengan a las previsiones de la Carta.

Casi de forma simultánea y bajo la inspiración de las desconfianzas anglosajonas EEUU y Gran Bretaña impulsaron la creación de una organización militar supraestatal que garantizara la seguridad del occidente europeo. Fue así que el 4 de abril de 1949 se funda la OTAN y partir de entonces, la gestación de la desconfianza y la carrera armamentística. Si bien esta no tiene nada que ver con Naciones Unidas, con el paso del tiempo se irá viendo el intento por tratar de convertirla -indebidamente- a dicha alianza en un brazo ejecutivo de las resoluciones del Consejo de Seguridad.

La paz estaría determinada por las decisiones de un organismo con una estructura que ya venía condicionada desde su origen agravada por una polaridad global que se demostraría con las guerras en Palestina de 1948, de Corea en 1950, Vietnam, las guerras en Medio Oriente y África en los 60s, los golpes militares y las intervenciones estadounidenses en Latinoamérica en los setentas y parte de los ochentas. Sería con la crisis y posterior guerra del Golfo Pérsico en 1991 que los EEUU -y la OTAN por detrás- podría maniobrar de forma discrecional y ello sería por la implosión de la URSS. De haber estado incólume ésta superpotencia la evolución de la crisis del golfo y la geopolítica habría sido muy distinta.

El origen de este organismo ya es discutible. La mayoría de las personas creen que fue fundado en un ámbito de pluralidad y participación democrática de todas las naciones pero, ello no fue así. La idea fue concebida en Gran Bretaña en 1941 en momentos que sus islas se habían convertido en asilo de los representantes políticos de los países ocupados por el Tercer Reich. Necesitaban aliados permanentes para enfrentar esta amenaza y para ello debían pensar en una nueva forma de compromiso. Fue así que en junio de 1941 los británicos (acorralados y con temores ciertos a ser invadidos) impulsan la firma de la “Declaración del Palacio de St. James” que comprometió a los firmantes (sus huéspedes) a cooperar en medio del peligro a que Londres cayera en manos de los alemanes.

Este y posteriores precedentes[2] no buscaban establecer una verdadera paz global o el fin a las aspiraciones geopolíticas de Londres, sino un compromiso de que todos sus firmantes siempre se mantuvieran fieles al eje del autoproclamado “mundo libre” que veladamente estaría controlado por los anglosajones y por ello, en beneficio de ellos. La incorporación de la URSS en este organismo sin dudas fue a regañadientes para los británicos (en especial para Churchill)[3], pero su peso político y militar lo hacía innegable y fue por ello que posteriormente la incluirían en el organismo[4].

Como dijimos, las guerras no se detuvieron y a pesar de la creación de este benemérito organismo, las agresiones, las intrigas y los conflictos se multiplicaron. En algunos casos, con su escandalosa complicidad[5] como fue consentir la violenta implantación en 1948[6] del estado de Israel en medio de Palestina, una cuestión que sigue siendo en la actualidad un tema sin resolver.

El final del siglo pasado y el comienzo del que transitamos es la muestra más clara de una crisis de legitimidad en este organismo. Las crisis de Iraq, los Balcanes y sus consecuencias estuvieron signadas por el accionar de un mismo actor destacado (EEUU) que por momentos se desdoblaba mediante la OTAN. Cada una de ellas no fue al azar y estuvieron enmarcadas en contextos geopolíticos muy puntuales que pusieron en evidencia una escandalosa verticalidad y corrupción en Naciones Unidas[7] que en teoría no existía. Ello sin dudas afectó a su credibilidad[8], capital fundamental para un organismo político.

En este tóxico y nebuloso contexto, la paz ya no era el objetivo (si es que en realidad alguna vez lo fue) sino, contener y disolver de ser posible presiones sobre algunos miembros “exclusivos” (caso de Israel) y gestionar guerras preventivas planeadas en Washington disfrazadas de “humanitarias”, un oxímoron que demuestra una inconsecuencia insalvable. Para ello, la corrupción, manipulación, el engaño y el encubrimiento se volvieron medios y herramientas centrales para que encajen dichos intereses (invasión a Iraq 2003; Libia 2010 y Siria 2011) que siguen utilizándose en las actuales circunstancias.

La guerra en Ucrania está revelando con toda su magnitud estas incongruencias y vemos como las gestiones de Naciones Unidas para buscar la paz son tan infructuosas como ambiguas. Más allá de las responsabilidades de Rusia por su accionar, no se pueden dejar de lado los antecedentes y las provocaciones occidentales con la OTAN como principal actor que potenciaron este desenlace. Incluso más. Tanto Londres como Washington apuestan a seguir incrementando las tensiones[9] (contra lo previsto en el Cap. VII de la Carta Orgánica) a costa de extender el conflicto[10] (tratando de llevarlo a territorio ruso) con las consiguientes consecuencias geopolíticas y humanitarias algo que no ayudara a frenar las hostilidades y mucho menos a consolidar la paz.

  



[1] El llamado Plan Marshall fue el programa de financiación otorgado por Washington para reconstruir a la Europa Occidental y evitar que cayera bajo el influjo de la Unión Soviética. La denominación del plan surgió del General George Marshall quien más tarde se convertiría en Secretario de Estado norteamericano. https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Marshall

[2] Otros precedentes fueron la Carta del Atlántico firmada en agosto de 1941 entre EEUU y Gran Bretaña y la Declaración de Naciones Unidas de 1942 esta última firmada por varias naciones que detalle que pocos advierten, seguían bajo la influencia colonial británica.

[3] El entonces primer Minístro británico Winston Churchill no ocultaba su desagrado hacia los eslavos rusos pero en particular para con el georgiano líder de la URSS Josep Stalin quien más tarde le respondería a sus dichos del 5 de marzo de 1946 en el Fulton Westminster College de Missuri.

[4] Recién en 1943 tras las Declaraciones de Yalta y Teherán los anglosajones establecerían con la URSS y China una estrategia conjunta para terminar con Alemania. 

[5] Causalmente serían los mismos impulsores de este organismo quienes desde comienzos del siglo XX habían negociado con las organizaciones sionistas su desembarco masivo en los territorios árabes palestinos.

[6] Las organizaciones sionistas que eran financiadas desde New York y Londres habían ido muy lejos en sus acciones. Desde asesinatos contra ciudadanos palestinos hasta atentados contra las autoridades británicas hizo que se volviera un monstruo incontrolable a tal punto que su impunidad ya no reconocía límites. El 17 de septiembre de 1948 el enviado de paz de Naciones Unidas el Conde Folke Bernardotte que había constatado las violaciones que se estaban produciendo contra los palestinos fue asesinado a tiros por un comando sionista.

[7] Tras la guerra contra Iraq de 1991, el país quedo sumido en la miseria producto de un embargo que motivó la escases de alimentos y medicamentos. Aprovechando este desesperante marco se fabricó una estructura denominada “Petróleo por Alimentos” que lejos de brindar asistencia a la población iraquí sirvió para enriquecer a varios funcionarios de Naciones Unidas y obviamente de EEUU.

[8] Las denuncias y las constataciones de violaciones y crímenes cometidos por miembros de Naciones Unidas ha llevado a una percepción generalizada que siempre ha tratado de ocultarse.

[9] A la ya conocida ayuda militar de Gran Bretaña y EEUU a Ucrania con misiles antitanque y sistemas MANPAD “Stinger” contra aeronaves a baja cota, se está sumando el envío de toneladas de rezago militar estadounidense que sobro de la aventura en Afganistán y que no es más que basura que no duraría en una pequeña escaramuza.

[10] Para ello Biden ha autorizado un paquete de más de 750 millones de dólares en material militar que comprende desde una docena de helicópteros MMI-8, vehículos de transporte de tropas, Drones, misiles Javelin entre otras unidades.

domingo, 3 de abril de 2022

 



Por el Dr. Carlos Castia

Cuarenta años de aquella gesta patriótica que generó un cambio colectivo en una población acostumbradamente abúlica y conformista, parece no bastar para que los políticos argentinos entiendan el valor de este suceso. La guerra de 1982 le dio a la Argentina un aprendizaje que solo algunos han logrado entender mientras otra parte, sigue tratando el tema como una cuestión de víctimas y victimarios de una época en la que ellos ni siquiera participaron.

Los cuarenta años de esta gesta pillan al país en una de sus crisis socio-político-económica más profundas desde su existencia. Es una época muy peculiar y casualmente se produce en momentos en que la geopolítica ha dado un giro inesperado cambiando los parámetros que las potencias vencedoras de la segunda gran guerra habían arbitrariamente establecido.

La recuperación de las islas y sus aguas circundantes en aquel 2 de abril de 1982 no solo fue el ejercicio de un derecho inmemorial de Buenos Aires sino incluso, una obligación política y soberana impostergable que nada tiene que ver con la tan mencionada intensión de los militares en perpetuarse en el poder. Este último argumento largamente esgrimido por los intelectuales liberales y anglófilos varios sin dudas es parte de la intoxicación informativa que desde 1983 (con el gobierno radical de Raúl Alfonsín) trató de deslegitimizar la gesta.

Hablar de forma retrospectiva acomodándose al nuevo paradigma imperante es muy fácil de hacer y ello deforma el fondo de la cuestión. Las generalizaciones odiosas y los reduccionismos infantiles han campado en torno las interpretaciones de esta gesta. Eso es lo que se ha visto en Argentina con respecto a las causas de fondo que llevaron a la guerra de 1982. Periodistas y políticos que estuvieron en esas jornadas y que incluso se mostraron enfervorizados por la recuperación no tuvieron el mínimo escrúpulo (al conocerse el cese de fuego de 1982) que girarse en el aire para pasar a ser vehementes fustigadores y hasta en ciertos casos acalorados opositores de una guerra que hasta hoy algunos de esos siguen considerando “una catástrofe” o un “error”. Basta solo recordar como el gobierno radical de Alfonsín (haciendo un juicio generalista y tendencioso) despreció a los veteranos -conscriptos y profesionales- condenándolos al ostracismo y obviamente, a la misma causa Malvinas. Para cerrar esta infamia, el incipiente gobierno peronista de Carlos Menem firmó la rendición y la postración mediante los Tratados de Madrid de 1989 y 1990. Solo se trata de una tara muy argentina que hoy vemos en su política doméstica.

Hoy tratan de argumentar sus posiciones alegando que no existían razones para la recuperación ya que hasta 1965 las relaciones entre Londres y Buenos Aires eran óptimas y que había una atmósfera propicia para la solución negociada. Quienes argumentan esto pierden de vista (porque se tapan los ojos) que los británicos siempre trabajan a dos bandas. Cuando dicen una cosa están haciendo otra. En aquel entonces, mientras existía una relación diplomática estable, Londres no era ajeno a sus operaciones de inteligencia dentro del país donde supo reclutar a periodistas y políticos para su servicio de inteligencia exterior MI6.

En cierta medida es entendible que esas valoraciones surjan de personajes que mantienen una vinculación ideológica y económica con el mundo anglosajón. Pero en muchos otros que viven en el continente son el reflejo de la ignorancia de los hechos y las circunstancias de aquella época e incluso, de una persistente y muy silente campaña de propaganda británica por desviar el horror y las causas de esa guerra a los mismos argentinos que la pelearon.

Quienes apelan por el mote insultante de “víctimas” o “chicos” para con los veteranos (no ex combatientes), demuestran ser permeables a la campaña de intoxicación montada por las agencias bajo el encargo del Foreign Office. Una de ellas es la montada para que se identifiquen los cuerpos de los soldados en Malvinas poniendo al frente de esta operación al ex Coronel Jeffrey Cardozo quien tras el final de la guerra fue comisionado a las islas para rastrear las bajas en el terreno y encargarse de construir el cementerio donde se hallan los cuerpos de 123 soldados argentinos sin identificar.

La labor de Cardozo podría ser vista como loable y de una empatía encomiable pero sin dudas es parte de una maniobra de ablande psicológico y persistente manipulación dirigida no solo a los familiares de esos soldados sin identificar sino a todo el pueblo en general. Se busca captar la empatía de sus familiares y a su vez, ahondar el rechazo al ejército argentino para el que sirvieron. Si realmente Cardozo tiene tanta preocupación por los familiares de los caídos argentinos en Malvinas sería muy interesante que se contabilizaran las bajas de sus propias filas ya que los números no concordarían con la realidad. Algunos rumores han señalado que los mercenarios nepaleses caídos superarían los 2000 efectivos, pero fueron enterrados en fosas comunes lejos de la vista de la opinión pública y eso sin contar con las bajas en las tripulaciones de varios de los buques hundidos durante la guerra ¿Acaso no tienen madres que les lloraran?

Es por eso que no hay que tragarse todo lo que se ve y mucho menos, lo que los ingleses quieren mostrar. Se trata que los argentinos pierdan el interés por esas islas y al mismo tiempo sientan simpatía por el enemigo. No es otra cosa que el tan usado slogan por los británicos “divide y vencerás” que les ha permitido apropiarse de amplios espacios geográficos alrededor del mundo con la colaboración gentil de una parte de los habitantes de esos sitios invadidos.

Para los anglosajones (tanto británicos como estadounidenses) la guerra psicológica es un campo muy serio e importante al cual se le dedican ingentes recursos para su estudio y desarrollo. Las “operaciones de información” son una parte de esta área a la que se destinan batallones especializados para dicho fin. Casualmente ambos, han usado y abusado de estas tácticas en Iraq, Afganistán, Libia y Siria buscando que el “enemigo se comporte como ellos quieren que se comporte” (Señalado por el Coronel estadounidense Michael Holmes al ser indagado por las manipulaciones ejecutadas en Afganistán -Dirigidas desde Camp Eggers-).

A los argentinos se los puede dominar desde el sentimentalismo y la emotividad y queda claro que los británicos lo saben muy bien. Cuando se dieron cuenta que los argentinos llamaban con emotividad “chicos” a sus conscriptos de 18 años de edad, no podían entenderlo ya que ellos incluso contaron con tropas que tenían 17 y pelearon tan rudo como ellos. Pero eso solo fue una muestra del material con el cual podían trabajar el Departamento de Guerra Psicológica y el Instituto Tavistok de Londres. 

Son una mezcla de orígenes producto de la inmigración que igualmente los identifica el carácter latino (ibero), de naturaleza sanguínea y movilizable. A contra posición los británicos son anglosajones, metódicos, cerebrales y prácticos que los pone en una ventaja superlativa ante aquel otro carácter. Eso no significa que uno sea mejor que el otro ni que uno sea bueno o malo y viceversa. Solo se trata de explicar cual es el punto de entrada de la manipulación que orquesta Londres.  

Esto lo vemos hoy con el caso de Ucrania tratando de convencer, por medio del Conglomerado de medios a la población de Europa que Rusia quiere ocuparla y expandirse siguiendo un plan por restituir la Unión Soviética, un razonamiento que además de errado es imposible de llevar hoy a la práctica. Pero Londres lo difunde y mediante Washington, bombardean con este punto de vista que trata de aislar a Rusia del mundo.

A la Argentina se le hizo lo mismo. Y aunque en aquellos momentos la administración republicana de Ronald Reagan consideraba ante la opinión pública que este conflicto se daba entre dos socios de EEUU, la propaganda de medios y sus simpatizantes internos (en la intelectualidad y los medios) no se detuvieron en propalar la palabra “invasión” para identificar a la acción argentina cuando en realidad había sido una recuperación de la invasión británica de 1833.

La victimización de los “kelpers” (muy sustentada por ciertos medios y periodistas argentinos) es otra pata de esta manipulación que fue y sigue siendo un elemento fundamental para que Londres justifique su fortalecimiento en las islas. Pero más allá de todo esto y de las manipulaciones orquestadas desde Londres al final termina pesando el interés supremo de la OTAN que obviamente y ante el nuevo escenario, las islas del atlántico sur se vuelven estratégicas para controlar la navegación más allá del trópica de Capricornio.

 

  H ace apenas una semana atrás fue noticia que una IA habría cobrado conciencia de su existencia, es decir, además de desarrollar un pensam...